Pasos para enamorarte de tu reflejo (con humor, obvio, que esto no es terapia aburrida)

Pasos para enamorarte de tu reflejo (con humor, obvio, que esto no es terapia aburrida)

Mirarte al espejo sin pensar "uff, qué desastre": misión (casi) imposible, ¿no? Pues challenge accepted. Voy a darte mis pasos (no del todo convencionales) para enamorarte de tu reflejo, es decir, para quererte más a ti mism@ viéndote como el ser maravilloso, aunque imperfecto, que eres. Todo con humor ácido, porque si no nos reímos en el proceso, apaga y vámonos. No esperes consejo de coach de Instagram rollo "mírate y di soy suficiente" (aunque oye, a veces sirve); aquí vamos a hacerlo a lo "La Mala" style: real, irreverente y sin filtro.

Paso 1: Haz las paces con tu 'yo' de fotos carnet y primer selfie del día
Todes tenemos esa foto carnet del DNI donde parecemos fugitivos del FBI, y esa cara mañanera digna de película de terror serie B. Enamórate también de esos. ¿Cómo? Normalízalos con humor. Yo le puse nombre a mi yo recién despierta: "La Gremlin". Le digo "buenos días Gremlin, vamos a por café para que evoluciones a Mogwai". En vez de odiarla, me río y la cuido (limpiar lagañas es un acto de amor propio, ok). La foto carnet: la miro y pienso "jaja, si un poli me busca con esto, ni me reconoce" o "parezco mi tío borracho, qué fuerte". Ridiculizar esas imágenes resta poder a la autocrítica. Y oye, son parte de ti. Si puedes querer tu versión peor, la mejor se va a sentir diosa.

Paso 2: Encuentra TU pose de diva ante el espejo
Sí, suena superficial, pero el postureo a solas ayuda. Dedica un rato a experimentar en el espejo: ¿de qué forma te ves y dices "mm no estoy mal"?. Todos tenemos un ángulo, una pose, una sonrisa, un guiño que nos gusta. ¡Explótalo! El típico "mirada sobre el hombro", o "manos en cintura, pecho afuera, hombros atrás". Esto no es vanidad vacía; es descubrirte atractiv@ a tus propios ojos. Aunque sea haciendo el tonto estilo Zoolander con su "mirada acero azul". Ríete en el proceso. Yo descubrí que me flipa mi sonrisa ladina, tipo medio smirk. Cuando me siento fea, hago esa sonrisa al espejo y pienso "esa cabrona tiene fuego, dale". Automotivación en clave payasa, pero funciona.

Paso 3: Habla contigo mism@ (sin que te encierren por loca)
El truco es susurrar o hacerlo en tu cabeza si hay gente, para que no te tomen por chiflada. Pero de verdad, dite cosas buenas. Basta ya de al espejo solo decir "qué ojeras" o "qué gorda/flaca/vieja me veo". Nuevo hábito: por cada pensamiento hater, te obligas a decir uno positivo, aunque te suene falso al inicio. Ejemplo: "Tengo un grano horrible... pero oye, qué bonito mi cabello hoy." O "*estas estrías no se irán, pero mira, ¡qué culo más respingón tengo!" Al principio te sentirás idiota; luego, empezarás a creerlo un poquito. Es reprogramación mental en modo chirigota. Hazlo al lavarte los dientes: 30 segundos de cumplidos forzados. Te juro que a la semana mejora la cosa. Si la voz crítica insiste, le pones voz de ardilla chillona para restarle seriedad. (Yo lo hago, me imagino a mi autocrítica hablando como Alvin y me da risa en vez de daño).

Paso 4: Rodéate de tu "fandom" selecto
Enamorarte de ti es más fácil si tienes cheerleaders. Ojo, no depender de la aprobación externa, pero un empujoncito ayuda. ¿Tienes esa amiga que siempre dice que te ves genial con tal color? Queda más con ella. ¿Esa foto que subiste en la que varios dijeron "wow, radiante"? Pónla de fondo de pantalla en el móvil para recordarte que así te ven (y así eres). Tu "fandom" pueden ser tus mascotas incluso; los perros nos ven como dioses, aprovéchalo. Cuando estoy down, mi perro me mira moviendo la cola como "eres lo más interesante del universo ahora mismo". Y me lo creo, jaja.

Paso 5: Haz una lista no convencional de cosas que amas de ti
Listas típicas: "soy amable, soy trabajadora". Vale, bien. Pero quiero cosas más mundanas: "me quedan bien los labios rojos, tengo risa contagiosa, sé perrear hasta el suelo, aprendí a hacer una tortilla de patatas de puta madre". Cosas que te enorgullecen. Pueden ser bobadas como "tengo buena letra" o "mi playlist es impecable". Todo cuenta. Esa lista la revisas de vez en cuando, especialmente antes de eventos que te ponen insegura. Te recuerda tu swag personal. Yo tengo un post-it que dice: "Eres la hostia, recuérdalo: tu eyeliner on point intimida, tu cerebro combina con tu culo – poderosos ambos." Es tonto, pero me saca sonrisa y actitud.

Paso 6: Permítete días de "no me gusto" sin flagelarte
Suena contraintuitivo, pero parte de quererte es no exigirte adorarte 24/7. Habrá días de "no me gusto hoy". En vez de entrar en pánico "¡oh no, estoy retrocediendo!", lo aceptas como normal. Nadie se ama cada segundo. En esos días, trátate como tratarías a tu mejor amiga en bajón. ¿Qué haces? No le dices "calla, eres hermosa, ama tu cuerpo" a la fuerza. Quizá le dices "tia, estamos fatal hoy, ¿eh? venga, vamos a ponernos el pijama favorito y maratón de serie." O "te acompaño en el sentimiento, mañana será otro día." Con uno mism@ igual: día de moño y gafas, cero ganas de sentirte sexy, pues no pasa nada. El amor propio también es paciencia. Curiosamente, cuando no te presionas, al siguiente día o dos renace la chispa. Y vuelves al espejo más fresco.

Paso 7: Haz el ridículo a propósito frente al espejo
Te explico: a veces nos odiamos porque nos tomamos demasiado en serio. Solución: hacer payasadas. Baila rarísimo, haz caras feas, imita voces. Verás tu reflejo y te vas a reír. Y ahí hay un mini enamoramiento: te caes bien porque te haces reír. Al final, enamorarse de uno es también querer pasar tiempo contigo porque te diviertes. Yo tengo sesiones de espejo donde hago mini stand-up comedy parodiando mi vida. Termino llorando de risa, con abdominales trabajados. Es terapéutico. Y luego me veo y digo "qué maja soy, me invitaría a una cerveza conmigo misma".

Paso 8: Recuerda tu versión niña/niño
Saca una foto de tu infancia donde estabas feliz y despeinad@, con dientes chuecos quizá. Mírala: ¿A esa personita la tratarías tan mal como a veces te tratas? No. Yo veo a mi mini-yo con su flequillo mal cortado y pienso "ay, cómo te quiero enana, mírate toda espontánea". Esa niña soy yo. Merece amor. Esta técnica es un clásico de autoayuda, pero en mi estilo, le digo a la pequeña: "tranquila, de mayores tendremos tetas -tardaron en salir pero salieron- y seremos una badass, vas a flipar". Nos echamos (yo y yo) unas risas trans-temporales. Y siento ternura. Esa ternura me la quedo: es para mí.

Paso 9: Comparaciones, pero bien hechas
Nos dicen "no te compares". Difícil. Lo hacemos sin querer. Trucazo: compárate contigo mism@ en tu mejor momento para inspirarte, no con los demás para deprimirte. Piensa en un día que te sentiste tope guap@ (no tiene que ser estético solo, puede ser un día que estabas muy san@, o feliz). Eso demuestra tu potencial. No para decir "cualquier tiempo pasado fue mejor", sino "ese/esa soy YO también". Y si fue posible antes, puede repetirse. A mí me sirve recordar un día que corrí 5k y me sentí atleta (aunque ahora esté floja), me digo: "sigue ahí la campeona, solo está hibernando". O una foto de cuando sonreía genuino, "esa sonrisa la puedo sacar más".

Paso 10: Cero puta idea de cómo concluir, pero quiérete, coño
Bueno, la conclusión formal: enamorarte de tu reflejo no es narcisismo, es supervivencia. El mundo va a intentar venderte inseguridades para lucrar. Cuando te quieres, gastas menos en bullshit, sufres menos por tonterías, te respetan más (porque proyectas autoestima). Y además, es más divertido vivir siendo tu fan que tu hater.

Así que sigue estos pasos a tu manera. Adapta, ríe, juega. Un día te sorprenderás guiñándole un ojo al espejo sin sentirte estúpido, sino sexy. Te pillarás diciendo "qué guapx soy, joder" después de ducharte, aunque nadie más lo diga. Y ese día, amig@, habrás caído rendido/a ante tu propio encanto.

Bienvenid@ al club de quien se mira, se gusta y encima se cachondea de la vida. Tu reflejo y tú, la OTP definitiva.

Regresar al blog

Deja un comentario

Ten en cuenta que los comentarios deben aprobarse antes de que se publiquen.